La fisioterapia pediátrica es la rama de la fisioterapia dedicada al asesoramiento, tratamiento y atención de bebés, niños y adolescentes que presentan retrasos en su desarrollo, trastornos del movimiento, ya sean congénitos o adquiridos, o que están en riesgo de desarrollarlos.
¿Cuál es la función de un/a fisioterapeuta en pediatría?
Realiza una evaluación integral del niño y su entorno, estableciendo junto a la familia y el niño los objetivos a alcanzar mediante el tratamiento o intervención. Es recomendable que estos objetivos sean a corto plazo para permitir revisiones periódicas.
Determina el tratamiento o intervención terapéutica más adecuada a la situación del niño, considerando su totalidad biopsicosocial. El fisioterapeuta pediátrico dispone de diversos recursos y técnicas, como movilizaciones, ejercicios para fortalecer, técnicas de fisioterapia respiratoria, así como la creación y aplicación de ayudas posturales o de movilidad, y la adaptación de objetos. Sin embargo, las herramientas más importantes son el juego y la estimulación del aprendizaje del movimiento.
Brinda apoyo a las familias de los niños y colabora con otros profesionales en el ámbito de la salud, la educación y los servicios sociales. Este enfoque promueve la participación del niño en las rutinas diarias en el hogar, la escuela y la comunidad.
Supervisa de manera periódica los resultados en función de los objetivos establecidos. La tendencia actual es que el fisioterapeuta intervenga cada vez más en los entornos naturales de los niños, como hogares, colegios, guarderías y parques.
La fisioterapia pediátrica puede ser de gran utilidad para una amplia gama de niños y niñas, abarcando desde recién nacidos hasta adolescentes de 18 años. Este tipo de atención es especialmente beneficiosa para aquellos que requieren tratamiento y seguimiento con el fin de aliviar, reducir y prevenir alteraciones en su desarrollo motor o postural, las cuales pueden ser causadas por diversas condiciones, tales como: trastornos neurológicos (como la Parálisis Cerebral. Traumatismos Craneoencefálicos, Espina Bífida, entre otros). Afecciones neuromusculares (incluyendo la Atrofia Muscular Espinal y la Distrofia Muscular de Duchenne). Problemas músculo-esqueléticos (como la Acondroplasia, Enfermedad de Perthes, Luxación Congénita de caderas, Tortícolis Congénita y Plagiocefalia). Enfermedades respiratorias (como la Bronquiolitis, Fibrosis Quística y Asma). Trastornos genéticos (como el Síndrome de Down, Síndrome de Rett y Síndrome de Wolf). Otras condiciones.
¿Qué tipo de intervenciones se llevan a cabo?
Educativas e informativas dirigidas a los padres, con el objetivo de promover un desarrollo adecuado, siempre considerando la prevención cuaternaria, que busca ofrecer la menor intervención posible con la máxima calidad, evitando patologizar situaciones que no lo son. Un ejemplo de esto son los talleres sobre el manejo del bebé y la crianza, orientados a favorecer el desarrollo motor.
En cuanto a la prevención secundaria, que se refiere a la intervención en niños que presentan factores de riesgo, se realizan acciones preventivas y de seguimiento para monitorear el desarrollo motor y sus efectos en otras áreas del crecimiento, en aquellos niños que han sido identificados como de riesgo según la evidencia científica, siempre con la consideración de la prevención cuaternaria.
Información adaptada de: https://www.sefip.org/fisioterapia-pediatrica/
Comparte